Cuentan que en la iglesia de San Juan Ermita, de Chiquimula, existió una cama que era usada para trasportar fallecidos y heridos, de los diferentes aldeas de la localidad.
Sin embargo, cuentan que cada lunes de cada mes, esta cama salía a recorrer las calles del municipio de San Juan Ermita.
De acuerdo con la tradición oral; un agricultor llamado Juan volvía de su trabajo cuando de repente miro que venia la cama de la caridad, por lo que apenas logro esconderse y observo aquella cama, que iba flotando y vio en sus mantas, rostros de la calavera.
Atrás de la cama, un aullido de perros lo perseguía con voz lastimadora. Años después fue quemada esa cama, por lo que solo quedo el recuerdo de ella.
