Para muchos Santo Tomasinos es sonado nombres y apellidos como: Theodore, Louise Simons, Laurence, Korsz, Vanderhaegen, Vandestadt, Pierre, Amberes, Vandenberghe, Guise, Wirtz y Esmenhaud, que dicho sea de paso algunos de estos descendientes viven acá en nuestro puerto quienes son empresarios reconocidos y de prestigio.
En 1844, el distrito de Santo Tomás de Castilla fue colonizado por la Comunidad de la Unión, patrocinada por la Compañía Belga de Colonización; el Gobierno del Estado de Guatemala, había concedido el distrito de Santo Tomás a dicha compañía por medio del decreto de la Asamblea Constituyente de Guatemala el 4 de mayo de 1843.
Los primeros setenta y seis colonos arribaron junto con los fusiles prometidos y los primeros sacerdotes jesuitas que regresaban a Guatemala desde 1765; el representante de la colonia, Remy de Puydt prometió que otros setecientos colonos arribarían en los próximos meses e iniciarían los trabajos a que se comprometieron para obtener la concesión.
Es así como se establece la colonia belga en Guatemala, pero las condiciones del área eran inhóspitas y empezó a mermar rápidamente la salud de los belgas. Para 1850, la colonia ya había fracasado, las obras de infraestructura prometidas no se construyeron y los colonos belgas se habían dispersado al interior de la República de Guatemala.
Fue por ello que se formó el cementerio donde enterraron a varias personas de nacionalidad belga y por lo cual fue denominado con el nombre de Cementerio Belga el cual se distingue por la elaboración.