Según el libro Historia del Café en Guatemala, escrito por Regina Wagner, fue desde finales del siglo XIX que se buscaba la forma de preparar el café de una manera más rápida. Fue hacia 196, cuando George Constant Washington, un belga de padres ingleses que residía en la Ciudad de Guatemala, empezó a experimentar con café secos y después de varios intentos, logró inventar un café soluble que estuvo disponible en el mercado hacia 1,909.
Relacionado con Washington estaba su médico de cabecera, el doctor Federico Lehnhoff Wyld, quien en cierta ocasión olvidó beber una taza de café en el jardín de su casa. Al encontrarla días después, únicamente halló residuos de fino polvo en el fondo. Le agregó agua hirviendo y obtuvo de nuevo una taza de café con un excelente tinte, sabor y aroma.
Alemania encontró una máquina
cuyo metal no alteraba la calidad y el aroma del café. Fue así como más tarde
fundó la empresa Cabarrús
& Cía. Ltda, junto a su socio Eduardo Tallien de Cabarrús, y obtuvo la patente para el nuevo café soluble.
En Guatemala, el café es producto de consumo y exportación, que tiene el carácter de un símbolo nacional, ya
que provee de identidad
al país.
Tanto para turistas como para
chapines, el café se vuelve un atractivo más para integrarse a la cultura local
y conocer lo más representativo del país de la eterna primavera.
Créditos: Guatemala.com
