Cuentan que hace tiempos en la Guatemala de Antaño, una joven iba a contraer matrimonio pero por razones que se desconocen, el día del evento, la muchacha falleció por lo que el vestido, fue devuelto al negocio en donde lo habían adquirido.
El negocio se encontraba en la Avenida La Reforma. Luego que la madre de la joven, devolvió el vestido al local, empezaron a escuchar ruidos y las cosas se quebraban.
Además los vecinos aseguraban que al pasa por el lugar, escuchaban los gritos de una mujer y otros aseguraban que veían mover los maniquís.
La propietaria no tuvo más remedio que echar agua bendita, para ahuyentar a los malos espíritus. Como lo contaron, te lo cuento porque todo cabe en lo posible, frase del historiador Héctor Gaitán.