Cuentan que hace mucho tiempo, en el departamento de Santa Rosa en la época de antaño, existió un carpintero, quien por las noches profanaba las tumbas, para robarse algo de valor que era colocado en los difuntos, esto en el Cementerio General de esta localidad.
La mala fama de que aquel negocio del carpintero, estaba embrujado, llego a varios oídos de la población, quienes a poco a poco, se fueron retirando, lo que llevo a la quiebra del negocio.
El carpintero con lo poco que tenia de ahorros, se lo consumió en alcohol, a tal grado que un buen día fue hallado muerto en el camposanto.
Algunos pobladores aseguran que se escuchan gritos del carpintero, en el cementerio, quien desde el más allá, está pagando sus pecados.